Manual práctico de Trombosis y Hemostasia de la SETH

— 2 4 3 — 8 C a p í t u l o Pediatría Rubén Berrueco Moreno PUNTOS CLAVE ❚  El recién nacido presenta un balance hemostático dife- rente del adulto que madura a lo largo de los 6 prime- ros meses de vida. ❚  La mayoría de trastornos hemorrágicos tendrán su primera manifestación en la edad pediátrica. Su diagnós- tico precoz favorecerá un tratamiento adecuado (sobre todo en los casos de mayor gravedad). ❚  En ocasiones es difícil discernir entre la clínica hemorrági- ca inherente a la edad y la que puede poner de relevancia un trastorno congénito o adquirido de la hemostasia. ❚  La patología trombótica es cada vez más frecuente en la edad pediátrica. Su etiología es principalmente secundaria (sobre todo por el uso de catéteres venosos centrales). ❚  Las guías para el manejo del tromboembolismo se ba- san, en su mayor parte, en datos extrapolados de la población adulta y recomendaciones de expertos. INTRODUCCIÓN En lo referente a la patología hemorrágica y trombótica, el niño no puede ser considerado un adulto pequeño. Las peculiarida- des de la hemostasia a esta edad ya fueron descritas desde hace varias décadas, pero todavía precisan de un mayor estudio. De hecho, son varios los estudios en marcha para valorar la utilidad de diferentes métodos diagnósticos o destinados a establecer la seguridad y eficacia de los tratamientos en la población pediátrica. La diátesis hemorrágica es un motivo frecuente de consulta en la edad pediátrica. En muchas ocasiones no existirá patología subyacente y la clínica se explicará, por ejemplo, por trauma- tismos propios de la edad en el caso de hematomas de áreas expuestas, o sequedad nasal asociada a traumatismo digital en el caso de las epistaxis. No obstante, es importante tener pre- sente que la mayoría de trastornos hemorrágicos hereditarios (en especial los graves) suelen manifestarse en la infancia. Dado que un diagnóstico precoz prevendrá complicaciones y ayuda- rá a disminuir la morbilidad y la mortalidad de estos pacientes, es importante que el clínico conozca tanto la sintomatología de estas entidades como la sistemática de estudio (1,2). La patología trombótica en la edad pediátrica se sigue considerando una enfermedad rara. Sin embargo, su inciden- cia ha aumentado en las últimas décadas de la mano tanto de mejores métodos diagnósticos como del uso cada vez más frecuente de tratamientos de soporte invasivos en las unidades de cuidados intensivos pediátricos y neonatales.

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