XXXIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia

XXXIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia 260 situaciones de emergencia, por lo que deberíamos incluir tanto el TP y TTPa, rango terapéutico del fármaco y determinación de la creatinina, dentro de las pruebas de laboratorio de emergencia y rutina de nuestros pacientes que reciben ACODs. Debe tenerse en cuenta que con una media de FGE considerado normal para la indicación de estos fármacos se produjo un porcentaje de bioacu- mulación de los mismos nada desdeñable. Bibliografía recomendada 1. Samuelson BT, Cuker A, Siegal DM, et al. Laboratory Assessment of the Anticoagulant Activity of Direct Oral Anticoagulants: A Sys- tematic Review. Chest 2017;151(1)127-138. 2. Lippi G, Favaloro EJ. Recent guidelines and recommendations for laboratory assessment of the direct oral anticoagulants (DOACs): is there consensus? Clin Chem Lab Med 2015;53(2):185-97. 3. Adcock DM, Gosselin R. Direct Oral Anticoagulants (DOACs) in the Laboratory: 2015 Review. Thromb Res 2015;136(1):7-12. 4. Gouin-Thibault I, Flaujac C, Delavenne X, et al. Assessment of apixaban plasma levels by laboratory tests: suitability of three anti- Xa assays. A multicentre French GEHT study. Thromb Haemost 2014;111(2):240-8. Figura 2 Figura 1 PB-160  Anticoagulación con fármacos antivitamina K en pacientes pediátricos con cardiopatías Jiménez Bárcenas R., Rodríguez Martorell F. J., Fernández Varela M. O., Sánchez Camacho L., Moruno Tirado A., Pérez de Soto C., Núñez Vázquez R., Pérez Garrido R., Pérez Simón J. A. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla Introducción: En los pacientes pediátricos con necesidad de anticoagulación temporal se prefiere el uso de la heparina de bajo peso molecular (HBPM) a los fármacos orales, por la facilidad de dosificación y la necesidad de controles con menor frecuencia. El inconveniente de este fármaco en los niños es su administración subcutánea. Además, existen pacientes que, a pesar de su corta edad, van a requerir anticoagulación a largo plazo, en los que el uso de medicación parenteral continuada no es una opción adecua- da. Los fármacos antivitamina K (AVK), por otra parte, presentan como desventaja su estrecho margen terapéutico, las interacciones medicamentosas y alimentarias y la necesidad de controles más frecuentes (aunque estos puede realizarse por punción digital, a diferencia del control de la HBPM, que requiere de venopunción). Su principal ventaja es la administración por vía oral. Material y métodos: Hemos evaluado 11 pacientes pediá- tricos seguidos en consulta externa de Hematología entre 2014 y 2017 por requerir anticoagulación temporal o indefinida por presentar diversas cardiopatías. Distribución por sexos: 7 varones y 4 mujeres. Mediana de edad al inicio del tratamiento anticoa- gulante: 9 años (1-14). Diagnósticos cardiológicos: enfermedad de Kawasaki con aneurismas coronarios gigantes (n = 2); prótesis metálica valvular aórtica (n = 2), prótesis metálica valvular mitral (n = 2), cardiopatía congénita compleja con corrección univentri- cular mediante cirugía de Fontán, con elevado riesgo trombótico inicial (n = 3), así como cirugía tipo Warden para corrección de la comunicación interauricular (CIA) seno venoso con drenaje veno- so pulmonar anómalo parcial (n = 2). El rango de INR se estableció en todos los casos entre 2 y 3, salvo para las prótesis metálicas mitrales (2,5-3,5 en este caso). Resultados: En todos los pacientes se ha usado acenocumarol como fármaco anticoagulante. Solo uno de los pacientes realizó tratamiento con HBPM durante varios meses antes de comenzar la medicación oral por tratarse de un lactante que estaba comenzando la alimentación complementaria. El resto solo precisó HBPM hasta conseguir un rango de INR adecuado con el AVK. La dosis total semanal (DTS) mediana fue 7,5 mg (3,75-17,5). Las dosis más altas correspondieron a los pacientes de 11 a 14 años; sin embargo las dosis más bajas no correspondieron a los pacientes de menor edad (de 1 a 3 años). La mediana del tiempo en rango terapéutico (TRT) fue 61,2% (54,8-89,5). No se documentaron complicaciones hemorrágicas ni trombóticas. Ningún paciente utilizó la modalidad de autocontrol. Conclusión: En nuestra serie, el uso de fármacos AVK en pacientes pediátricos ha resultado eficaz y seguro, ofreciendo la ventaja fundamental de su administración oral frente a la HBPM. Se objetivó un buen TRT (> 60%), probablemente por escasas inte- racciones medicamentosas y alimentarias y una buena adherencia al tratamiento por el control parental. Como futuras líneas de tra- bajo, se plantea la posibilidad del autocontrol para estos pacientes

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