Regadenosón y tetrofosmina, la perfecta combinación diagnóstica en Cardiología Nuclear
1 El regadenosón es un agonista selectivo del receptor A2A de la adenosina que produce vasodilatación coronaria y se utiliza como estímulo farmacológico en los estudios isotópicos de perfusión miocárdica, proporcionando una capacidad diagnóstica y pronóstica similar a la adenosina, pero con mejor tolerancia (1). Presenta menor riesgo de efectos secundarios y además son de resolución más rápida, debido a su corta acción (1,2), por lo que su característica principal es que, al contrario que otros fármacos usados como estímulo farmacológico, como el dipiridamol y la adenosina, permite su uso en pacientes con hiperreactividad bronquial, como en asma leve/moderado o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) estable, en los que se ha comunicado su seguridad, aunque siempre con las debidas precauciones, evitando su uso en pacientes con asma activo reciente (3-7). Otra característica fundamental es su sencilla y rápida administración intravenosa en solo 10 segun- dos, de una dosis fija de 400 microgramos en todos los pacientes, sin necesidad de ajustes al peso del paciente, ni según la función renal o hepática (8). Ha sido utilizado con seguridad tanto en pacientes con insuficiencia renal crónica e incluso en diálisis (9,10), así como en aquellos con enfermedad hepática terminal pendientes de trasplante hepático (11). Todo ello le ha convertido en el estímulo farmacológico más utilizado en la mayoría de centros hospitalarios. El envejecimiento progresivo de la población conlleva una mayor incidencia de pacientes con dificul- tades para la deambulación, que hace necesario el uso de estímulo farmacológico en los estudios isotó- picos de perfusión miocárdica, sustituyendo al esfuerzo físico o complementándolo cuando un paciente no puede alcanzar al menos una frecuencia cardiaca submáxima, para poder obtener la mayor capacidad diagnóstica del estudio de perfusión miocárdica. De todos modos, lo recomendado, siempre que sea posible, es utilizar el regadenosón combinado con esfuerzo físico de bajo nivel, ya que, con ello, además de aumentar la calidad de las imágenes, disminuye la incidencia de efectos secundarios. Se han propuesto distintos protocolos administrando el regadenosón tanto antes, durante o al terminar el esfuerzo físico, dependiendo de las condiciones de cada paciente (12-14). Existen numerosas publicaciones que demuestran la capacidad diagnóstica del regadenosón en el estudio de perfusión miocárdica, así como de su utilidad en la valoración pronóstica de los pacientes (15-17). Por otra parte, el uso de los radiotrazadores de perfusión miocárdica marcados con 99m Tc se inició en la década de 1990, siendo mayoritariamente utilizados desde entonces debido a su mayor calidad de imagen y la menor exposición a la radiación que representan para el paciente en relación con el clásico Talio-201. Tras la larga experiencia acumulada se ha demostrado que la calidad de las imágenes es similar en las exploraciones realizadas con 99m Tc-MIBI y con 99m Tc-tetrofosmina, presentando algunas diferencias en el aclaramiento sanguíneo y hepático. En el caso de 99m Tc-tetrofosmina, ambos son más rápidos, la actividad de fondo disminuye antes, lo que permite menor tiempo de espera tras su administración in- travenosa para obtener imágenes de alta calidad diagnóstica, como avalan numerosas publicaciones. El tiempo de espera entre la administración intravenosa de 99m Tc-tetrofosmina y la obtención de imágenes oscila entre 15 y 45 min, con promedio de 30 min, mientras que suele ser de 45 a 60 min para el 99m Tc-MI- BI (18), permitiendo acortar el tiempo total para completar el estudio del paciente con 99m Tc-tetrofosmina, Regadenosón y tetrofosmina, la perfecta combinación diagnóstica en Cardiología Nuclear Introducción
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