Patología mamaria en Atención Primaria — 114 — MUJERES ASINTOMÁTICAS QUE SOLICITAN VALORACIÓN Las mujeres presentan en ocasiones miedo a padecer determinadas enfermedades, sin presentar sintomatología asociada al respecto. Acuden a la consulta, solicitan valoración clínica y, tras realizar la exploración opor tuna y si no se han observado anomalías exploratorias, recomendamos seguimiento, que, dependiendo de la edad de la paciente, varía: – Mujeres comprendidas entre los 50 y los 69 años, a excepción de cinco Comunidades Autónomas y las dos ciudades autónomas, cuyo objetivo comienza en mujeres de 45 años, serán derivadas a los programas de cribado adscritos a su ComunidadAutónoma. – Mujeres hasta los 49 años o mayores de 70 años, asintomáticas y sin historia familiar, se aconseja la autoexploración mamaria como método de sospecha diagnóstica. Autoexploración mamaria Podemos encontrarnos en nuestra consulta con pacientes jóvenes o mayores cuya ratio de edad no se encuentre dentro de los actuales programas de cribado poblacional y que soliciten valoración, aunque no presenten sintomatología. A este tipo de pacientes es impor tante hablarles acerca de la autoexploración mamaria. El mejor momento para realizar la autoexploración es la semana después de la menstruación, pues las mamas no están sensibles ni inflamadas. Pasos para una buena autoexploración: – Delante de un espejo, con los brazos a lo largo del cuerpo, observo ambas mamas; es impor tante detectar cambios en la piel, presencia de asimetría entre ambas mamas o a una mama más baja que otra. Observo también los pezones. – Todavía enfrente del espejo, paso las manos por detrás de la cabeza y observo detenidamente, igual que hice anteriormente. – A continuación, con las manos en la cadera y haciendo fuerza en los hombros, observaré el contorno de las mamas y si existe algún cambio en su apariencia. – Mientras estoy en la ducha y con la mano enjabonada, levanto el brazo izquierdo y con las yemas de 3 o 4 dedos de la mano hago presión de manera firme sobre la par te externa de la mama derecha y voy avanzando en círculos hasta llegar al pezón. Con la yema de los dedos examino el área entre la axila y la mama y la propia zona axilar. Una vez explorada la axila, aprieto el pezón para descartar la salida de líquido. – Realizo la misma operación con la mano derecha elevada. – Acostada, con la mano izquierda detrás de la cabeza y la yema de 3 dedos del medio de la mano derecha presiono toda la superficie de la mama desde su zona más externa hasta el pezón realizando círculos. Exploro la axila y por último el pezón, para comprobar que no sale líquido.
RkJQdWJsaXNoZXIy OTI4NTYw