Guí a OncoSur de Cáncer de ovar io 60 > Dado el mal pronóstico de la enfermedad, es importante la valoración del estado general de la paciente, la localización de la enfermedad, la toxicidad acumulada y la necesidad de preservar su calidad de vida, considerando las comorbilidades y las preferencias individuales. Respecto al uso de paclitaxel, se ha erigido como un fármaco activo en este escenario clínico, particularmente en pacientes que no lo habían recibido previamente. En 2016 se publicó un estudio que comparó paclitaxel semanal vs. trisemanal en pacientes con recaída platino resistente y que mostró una supervivencia libre de progresión (SLP) de 7 vs. 4,5 meses y una supervivencia global (SG) de 16 vs. 11,9 meses a favor de la administración semanal. La neuropatía periférica es el efecto adverso más significativo y puede condicionar su uso. La DLP ha mostrado actividad tanto en pacientes con CO platino resistentes como resistentes a paclitaxel. En un estudio, comparada con topotecán, consiguió una tasa de respuesta global del 20 % respecto al 17 %, con un tiempo a la progresión de 22 semanas frente a 20 semanas. Su administración cada 4 semanas y su perfil de toxicidad manejable la convierten en una opción relevante. Topotecán es otro fármaco para tener en consideración. Inicialmente, una cadencia de administración de 5 días seguidos cada 28 días dio paso a la pauta semanal por ser más práctica, con datos similares en SLP, SG y menor toxicidad. La comparación con paclitaxel y DLP ofrece datos similares en eficacia, pero con perfiles diferentes de toxicidad, lo que hace priorizar las otras dos estrategias. Respecto a gemcitabina, cabe indicar que hay datos de comparación con DLP que muestran una tasa de respuestas similar (9 % vs. 11 %), así como la SG (13 vs. 14 meses), con mayor control de la enfermedad (55 % vs. 39 %) pero también mayor toxicidad digestiva (náuseas, vómitos), fatiga y neutropenia. Docetaxel se ha valorado en varios estudios y ha arrojado tasas de estabilidad de la enfermedad del 28 %. Administrado en monoterapia trisemanal frente a paclitaxel semanal se muestra menos eficaz y más tóxico. También pueden valorarse otras opciones como etopósido, nab-paclitaxel o pemetrexed, aunque con tasas de respuesta inferiores. Se ha evaluado el uso de bevacizumab en monoterapia y en combinación con quimioterapia. Como fármaco único, en el estudio GOG 170D, 62 mujeres con enfermedad persistente o recurrente fueron tratadas con bevacizumab trisemanal y se obtuvo una respuesta clínica en el 21 %. La mediana de la SLP y de la SG fue de 4,7 y 17 meses, respectivamente. En pacientes adecuadamente seleccionadas, se contempla la combinación de quimioterapia de un solo agente con bevacizumab. Esta recomendación se basa en el estudio AURELIA (3), que incluyó a 361 pacientes con CO platino resistente asignando aleatoriamente el tratamiento de quimioterapia (paclitaxel semanal, DLP o topotecán) con o sin bevacizumab. Todos los pacientes cumplían los criterios de elegibilidad específicos, que incluían ausencia de progresión de la enfermedad durante la quimioterapia con platino, no más de dos líneas de quimioterapia anteriores, no haber recibido previamente bevacizumab, ausencia de fístulas, hipertensión mal controlada, trombosis arteriales y antecedentes de obstrucción intestinal en los últimos 6 meses. La combinación demostró aumento de la SLP de 6,7 vs. 3,4 meses con una tasa superior de respuesta (27,3 % respecto a 11,8 %, p = 0,001). El máximo beneficio fue para la combinación de paclitaxel-bevacizumab (10,4 vs. 3,9 meses). En general, la adición de bevacizumab se asoció a mejoría de la calidad de vida, fundamentalmente en pacientes con ascitis. Se describió un 2,2 % de perforaciones intestinales (4).
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