> 11 Valoración previa a la quimioterapia y tratamiento específico en pacientes con tumor de órgano sólido – Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). – Virus de Epstein-Barr (VEB), citomegalovirus (CMV), virus de la varicela-zóster (VVZ) y toxoplasma. Virus de la hepatitis B Según la guía del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos de América (Centers for Disease Control and Prevention, CDC), todo paciente que va a recibir tratamiento oncológico sistémico debe ser sometido a un cribado de virus hepatotropos. Esta recomendación, en otras sociedades (National Comprehensive Cancer Network, NCCN), es únicamente para los pacientes considerados “de riesgo”. Se realizará la detección del antígeno de superficie (HBsAg), el anticuerpo del núcleo de la hepatitis B (anti-HBc) y el anticuerpo de superficie de la hepatitis B (anti-HBs). La aproximación diagnóstica y terapéutica variará dependiendo del resultado de este cribado (véase el capítulo de infecciones virales). Virus de la hepatitis C En todos los pacientes que van a recibir tratamiento oncológico se debe analizar el VHC. Sin embargo, no se recomienda de rutina el tratamiento del VHC en los pacientes con tratamiento oncológico concurrente. Deben monitorizarse la bioquímica hepática y la carga viral mensualmente, al menos de manera inicial. Virus de la inmunodeficiencia humana Se recomienda el cribado inicial en todos los pacientes que van a recibir tratamiento oncológico. Se ha visto que existe una mejor supervivencia en los pacientes VIH-negativos que en los pacientes VIH-positivos y que la eficacia del tratamiento antineoplásico mejora en aquellos pacientes sometidos a tratamiento antirretroviral. Estos pacientes deben ser valorados y seguidos por una unidad de enfermedades infecciosas. Cribado de otros virus Las guías NCCN recomiendan realizar una PCR de exudado nasofaríngeo para la detección de virus respiratorios (virus respiratorio sincitial, influenza, parainfluenza, adenovirus, rinovirus, metapneumovirus y SARS-CoV-2) en las épocas epidémicas y en los pacientes con síntomas respiratorios que sugieran infección viral aunque no haya epidemia en la comunidad. Infección tuberculosa latente Los pacientes con cáncer tienen un riesgo incrementado de reactivación de la infección tuberculosa latente (ITL). Los principales factores de riesgo de reactivación de una ITL son: infección por VIH, malnutrición y fármacos inmunosupresores, principalmente los corticosteroides. Las neoplasias de órgano sólido con mayor riesgo de reactivación de la tuberculosis son las que afectan a la cabeza, el cuello y el pulmón.
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