Guía OncoSUR - Infecciones en pacientes con tumor de órgano sólido

Guí a OncoSur de infecc ione s en pac i ente s con tumor de órgano sól ido 56 > La etiología puede modificarse por el uso de tratamientos antibióticos previos, la localización del intestino afecto, la adquisición en la comunidad o nosocomial y el uso previo de antibióticos. Proceder diagnóstico Si se trata de una infección circunscrita a una parte del intestino, como son las infecciones hepatobiliares (colangitis y colecistitis), las diverticulitis y los abscesos intraabdominales, los casos debutarán con dolor abdominal localizado al inicio del cuadro y fiebre. En el caso de la colangitis se asocia también la ictericia. Las infecciones más generalizadas de la cavidad peritoneal, como la peritonitis, se asocian a un cuadro de dolor abdominal difuso. Se pueden asociar otros síntomas digestivos más inespecíficos, como náuseas, vómitos y estreñimiento, y generales, como astenia, anorexia y, si la infección es muy grave, un cuadro de sepsis con disfunción orgánica. En cuanto a las pruebas para esclarecer el diagnóstico, resulta de gran ayuda la realización de una analítica completa con fosfatasa alcalina, transaminasas, bilirrubina, amilasa, lipasa, hemograma, gasometría venosa con lactato, hemograma y coagulación. En presencia de ascitis se procederá a la realización de una paracentesis diagnóstica para poder realizar un análisis bioquímico del líquido y un cultivo microbiológico de este. Las pruebas diagnósticas como la TC abdominal y la ecografía son las pruebas preferidas para su evaluación. Tratamiento empírico recomendado Las opciones terapéuticas aceptables en este escenario incluyen una cefalosporina de tercera generación, como la ceftriaxona asociada a metronidazol para cubrir los gérmenes anaerobios. También se pueden emplear otras, como cefepima o ceftazidima, con actividad antipseudomónica y metronidazol. Otras opciones en monoterapia serían la piperacilina-tazobactam o un carbapenem (imipenem-cilastatina, meropenem, doripenem o ertapenem) (2). En los pacientes neutropénicos, el esquema de tratamiento debe tener siempre actividad antipseudomónica (Tabla I). En el tratamiento empírico de las infecciones intraabdominales nosocomiales debemos realizar una cobertura antibiótica de los gérmenes resistentes y de Pseudomonas spp. Se puede usar monoterapia con carbapenems o regímenes de combinación con cefepima o ceftazidima más metronidazol. También debemos valorar la adición de una antibioterapia empírica con actividad antienterococo (3), particularmente en aquellos pacientes con infección posoperatoria o que hayan recibido previamente cefalosporinas u otros agentes antimicrobianos con selección de especies de enterococos, en los pacientes inmunocomprometidos y en aquellos con enfermedad cardiaca valvular o materiales protésicos intravasculares. Se añadiría al régimen anterior ampicilina o vancomicina. Si existe sospecha de infección por microorganismos productores de betalactamasas de espectro expandido (BLEE), por ejemplo, en aquellos pacientes con colonización o infección previa – Tabla I – Tratamiento Monoterapia Imipenem-cilastatina Meropenem Doripenem Piperacilina-tazobactam Regímenes en combinación con metronidazol (solo una de los siguientes) Ceftriaxona Cefepima Ceftazidima Más metronidazol

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