Guía OncoSUR - Infecciones en pacientes con tumor de órgano sólido

Guí a OncoSur de infecc ione s en pac i ente s con tumor de órgano sól ido 76 > El abordaje, por tanto, debe ser sistemático, precoz y optimizado con los datos de los que se disponga en cada momento. Es fundamental en todos los casos la individualización de cada abordaje en función de los factores de riesgo específicos (incluidas las colonizaciones previas) y el conocimiento de la epidemiología local, que orientará hacia los mecanismos de resistencias más probables. El tratamiento constará de dos fases fundamentales y complementarias: primero, la terapia empírica y, posteriormente, la terapia dirigida más adecuada al aislamiento microbiológico. FACTORES DE RIESGO DE MULTIRRESISTENCIA EN LOS PACIENTES ONCOLÓGICOS Los factores de riesgo de multirresistencia en los pacientes oncológicos serán, por un lado, aquellos comunes al resto de la población y, por otro, los específicos de la patología de base (3). Factores locales La importancia de la epidemiología local de cada hospital y del área sanitaria es fundamental; repercute en el abordaje clínico del paciente y ayuda al establecimiento de protocolos de terapia empírica y guías de tratamiento locales para los clínicos implicados en el manejo de estos pacientes. Para ello, es importante que la información epidemiológica, a escala local y del centro, se actualice al menos anualmente, esté disponible para el personal sanitario y resulte accesible de manera sencilla. La comunicación con el Servicio de Microbiología y Medicina Preventiva de referencia es fundamental. Realizar un estudio de colonización de los pacientes ingresados y un seguimiento del mismo durante el ingreso nos ayudará de forma individualizada a ajustar la antibioterapia de acuerdo con los aislamientos y las colonizaciones previas. Además, servirá de pilar para frenar la transferencia horizontal de mecanismos de resistencia entre los pacientes. Los pacientes oncológicos no solo presentan un riesgo aumentado durante el ingreso hospitalario, sino que van acumulando riesgo y factores favorecedores del desarrollo de resistencias con el contacto repetido con el medio sanitario durante el proceso diagnóstico, el abordaje quirúrgico, el tratamiento quimioterápico o radioterápico y las hospitalizaciones derivadas de efectos adversos de la medicación, las complicaciones de tipo infeccioso y no infeccioso, y la realización de procedimientos invasivos. Evitar en lo posible esta carga de “hospitalismo” nos ayudará a disminuir el riesgo de estos pacientes. Uso de antibióticos La extensión del empleo de la antibioterapia en el ámbito médico impacta de manera directa en la aceleración y el desarrollo de resistencias. El paciente oncológico por sus características específicas recibe de forma repetida ciclos de antibioterapia con distintas indicaciones: – Profilaxis en periodos de neutropenia prolongada, en procesos de infección repetida de la vía biliar, alrededor de procedimientos invasivos. – En el seno de una neutropenia febril. – Como complicaciones asociadas de carácter puramente infeccioso. El uso previo de antibioterapia (en los 3 meses anteriores) se asocia a un mayor riesgo de resistencia, que es especialmente significativo con el uso de quinolonas y carbapenemes. Esto incluye el uso de quinolonas como profilaxis antibiótica en los pacientes neutropénicos.

RkJQdWJsaXNoZXIy OTI4NTYw