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Ponencias

11

Introducción

Las enfermedades cardiovasculares representadas por el infar-

to agudo de miocardio, el ictus isquémico y el tromboembolismo

venoso constituyen la principal causa de mortalidad en los países

occidentales. El sustrato fisiopatológico común es la formación de

un trombo oclusivo que impide el flujo y conlleva la isquemia y

ulterior necrosis del órgano o tejido afectado. Un trombo se produ-

ce como consecuencia de una excesiva activación hemostática en

lugares de lesión o disfunción vascular y conlleva la generación de

trombina que convierte el fibrinógeno en fibrina, componente estruc-

tural importante del trombo. Además de los sistemas anticoagulantes

naturales (antitrombina, proteínas C y S, inhibidor del factor tisular),

el control de la formación de fibrina se lleva a cabo por la acción de

un sistema enzimático, el sistema fibrinolítico, que comprende un

proenzima, el plasminógeno, que es convertido en el enzima activo

plasmina por acción de los activadores del plasminógeno. La plas-

mina es una enzima proteolítica que degrada la fibrina en sus corres-

pondientes productos de degradación (PDF, DD). La regulación de

este sistema se lleva a cabo por inhibidores de los activadores del

plasminógeno (PAI), inhibidores de la plasmina (

α

2-antiplasmina)

y por el inhibidor fibrinolítico activado por trombina (TAFI).

Por consiguiente, el sistema fibrinolítico es uno de los prin-

cipales reguladores de la formación de fibrina en los lugares de

lesión vascular al favorecer su eliminación y restablecer el flujo

circulatorio, una vez que se ha producido la respuesta hemostáti-

ca fisiológica destinada a evitar la pérdida sanguínea. Un defecto

de actividad de este sistema, que condicione una alteración del

balance coagulación/fibrinólisis, va a jugar un papel importante

en la génesis de la trombosis.

Además de la fibrinólisis existe otro sistema enzimático en el

que intervienen unas enzimas dependientes de Zn++ denominadas

metaloproteinasas (MMPs), cuya principal función es la degrada-

ción de la matriz extracelular (MEC), pero también participan en

la degradación de la fibrina. Se revisará el papel de ambos sistemas

en los procesos inflamatorios y trombóticos, fundamentalmente

sobre la base de aportaciones realizadas por nuestro grupo.

Fibrinólisis y trombosis venosa

Como se ha señalado, la fibrinólisis representa un mecanismo de

defensa endógeno contra el depósito patológico de fibrina, por lo que

un defecto de actividad fibrinolítica va a ser relevante en la patogenia

de la trombosis en el territorio venoso. Nuestro grupo ha demostrado

un aumento significativo de PAI-1 (inhibidor de los activadores del

plasminógeno endotelial) en el postoperatorio inmediato de diver-

sos procedimientos quirúrgicos, fundamentalmente en el contexto

de cirugía ortopédica mayor, pero también asociado a otras cirugías

(urológica, ginecológica, trasplante cardiaco, etc.)

1-3

. El aumento

de PAI-1 condiciona hipofibrinólisis inmediatamente tras la cirugía

(postoperative fibrinolytic shutdown),

siendo uno de los mecanismos

responsables de la aparición de trombosis venosa postoperatoria.

Incluso demostramos que un aumento preoperatorio de PAI-1, en

combinación con otros parámetros, puede ser predictivo de trombosis

en cirugía ortopédica

4

. Otros autores también han observado a nivel

clínico que la hipofibrinólisis, principalmente relacionada con aumen-

to de PAI-1, constituye un factor de riesgo para la trombosis venosa

5

.

Fibrinólisis, inflamación, cáncer y coagulación

intravascular diseminada

Estudios pioneros de nuestro grupo demostraron que la endo-

toxina bacteriana es capaz de inducir la expresión endotelial de

PAI-1, tanto en cultivo de células endoteliales humanas como en un

modelo experimental en conejos

6

. Este puede ser uno de los meca-

nismos fisiopatológicos que operan en el contexto de la coagulación

intravascular diseminada (CID) y que pueden explicar el depósito de

fibrina en la microcirculación, una de las características fundamen-

tales de este síndrome

7

. Hemos observado un marcado aumento de

PAI-1 a nivel clínico, en pacientes con sepsis asociado a otros mar-

cadores inflamatorios como TNF

8,9

, y a nivel experimental en cone-

jos tratados con endotoxina asociado a un aumento de los depósitos

de fibrina en diversos órganos

10,11

. Un dato interesante fue que una

variedad de tratamientos que redujeron significativamente los niveles

circulantes de PAI-1 se asociaron con un descenso de la mortalidad

en los animales que recibieron endotoxina

10,11

. Más recientemente

hemos demostrado que los niveles circulantes de PAI-1 muestran un

valor predictivo en los pacientes con sepsis

12

. En una amplia serie

de sujetos con diferentes grados de sepsis atendidos en unidades de

cuidados intensivos (UCI), observamos que el aumento de PAI en la

primera semana de estancia en la UCI se asoció de forma significativa

con la mortalidad, por lo que el PAI-1 puede constituir un marcador

de severidad en estos pacientes y posible diana terapéutica

12

.

En la actualidad se asume que existe una relación bidireccional

entre inflamación y trombosis. Diversas evidencias documentan

un papel de la inflamación en la activación plaquetar, activación

de la coagulación mediada por factor tisular, hiperfibrinogenemia,

déficit de anticoagulantes naturales y reducción de la actividad

fibrinolítica. En nuestro grupo hemos demostrado un aumento de

PAI-1 en pacientes con conectivopatías (artritis reumatoide, lupus

eritematoso sistémico, etc.), que podría contribuir a un estado

hipofibrinolítico que favorecería la aparición de trombosis

13

. Final-

mente, en pacientes con cáncer observamos un marcado descenso

de actividad fibrinolítica relacionada con aumento de PAI-1

14

.

Contemplando la trombosis bajo la óptica de la fibrinólisis y proteólisis

José A. Páramo

Servicio de Hematología. Clínica Universidad de Navarra. Pamplona