El juego infantil se define como una actividad placentera, libre y espontánea, sin un fin determinado, pero de gran utilidad para el desarrollo del niño. Las connotaciones de placentera, libre y espontánea del juego son fundamentales y por tal razón debemos garantizarlas con nuestro acompañamiento inteligente.
El juego constituye, para el niño, un lenguaje adecuado para la expresión de sus fantasías, de sus conflictos, de sus sentimientos, de su modo de captar y transformar la realidad. El niño, a través del juego, aprende a conocerse a sí mismo, a los demás y al mundo que le rodea. El juego ofrece a los niños la posibilidad de desplegar su iniciativa, de ser independientes, en lugar de dejarse llevar por lo que ya está dado. Actúan de acuerdo con sus necesidades; se realizan a sí mismos y tienen ocasión de ser ellos mismos. Permite experimentar ciertas conductas sociales y afectivas, y además es una herramienta, un método, para la adquisición y desarrollo de capacidades sensoriales, motoras, emocionales, cognitivas y sociales. Es importante tener presente el valor del juego en lo que respecta a la estimulación de la imaginación y de la capacidad de aprendizaje del niño, ya que otorga un espacio para que cada uno pueda ser libre de expresar su creatividad y demostrar su curiosidad. Es un reconocimiento de las cosas que posibilita el buen crecimiento del mundo interno, intelectual y emocional del niño. El juego en la primera infancia, y en los niños que aún no han adquirido el lenguaje, es un espejo de su mundo interior y permite divertirse, conocerse a sí mismo, conocer y explorar el mundo, expresar sentimientos, proyectar fantasías, elaborar conflictos, aprender a compartir, socializar, investigar, etc. Por lo anteriormente expuesto, este módulo profesional contiene la formación necesaria para desempeñar las funciones de diseñar, planificar e implementar intervenciones lúdico-recreativas en el ámbito formal y no formal, dirigidas a niños y niñas de 0-6 años, reconociendo la necesidad de evaluar el proceso de intervención para mejorar la calidad del servicio. El módulo consta de seis capítulos con sus correspondientes divisiones (subcapítulos) y la incorporación de elementos que ayudan a conseguir los objetivos marcados –como son los “Recuerda que” y los “Entresacados”–. Además, cada capítulo consta de ejercicios de repaso y un test de autoevaluación para valorar si los conocimientos han sido adquiridos. Las líneas de actuación en el proceso de enseñanza y aprendizaje que permiten alcanzar los objetivos del módulo profesional están relacionados con la importancia del juego en el desarrollo infantil y su papel como eje metodológico; el diseño de proyectos de intervención lúdica; el diseño de actividades placenteras, relacionándolas con las teorías del juego, y el momento evolutivo del niño o niña. Todo ello en un contexto evaluable con las técnicas e instrumentos de valoración más apropiados para determinar si los objetivos de cada intervención han sido conseguidos. Coordinadora: Olivia Blázquez Torralba Autores: Cristina Cascado Pérez - José María Cuesta Blázquez - María de la Paz Espinosa Mur - Laura García Sánchez