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XXXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia

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Criterios del síndrome antifosfolípido

El síndrome antifosfolípido (SAF) es una enfermedad autoin-

mune que se define por la presencia de anticuerpos antifosfolípi-

dos (aFL) en el plasma de pacientes con complicaciones trombó-

ticas tanto en territorio venoso como arterial y/o con morbilidad

obstétrica (abortos de repetición, muerte fetal, retardo del creci-

miento intrauterino, eclampsia, etc.)

1

.

En 1999 se presentaron oficialmente por primera vez los cri-

terios clínicos y de laboratorio para diagnosticar el SAF. Son co-

nocidos como los criterios de SAF de Sapporo

2

. Los aFL presen-

tes en pacientes con SAF están dirigidos principalmente contra

dos proteínas plasmáticas con alta afinidad por los fosfolípidos:

b

2

glicoproteína I (

b

2

GPI) y protrombina (PT). Por el contrario,

los aFL que se encuentran en individuos con infecciones están

dirigidos particularmente contra estructuras fosfolipídicas. La

excepción más categórica es en lepra lepromatosa, en donde los

aFL están dirigidos en su mayoría contra

b

2

GPI

3

. El aumento en

la predisposición a la trombosis en pacientes con SAF se debe al

fenotipo procoagulante inducido.

Más recientemente (2006), el consenso de expertos ha ac-

tualizado los criterios clínicos y de laboratorio para diagnosticar

este síndrome

4

. Los aFL en el plasma de pacientes pueden ser

detectados como actividad de anticoagulante lupico (AL) a través

de la prolongación de pruebas de coagulación dependientes de

fosfolípidos o a través de ensayos en fase sólida como los ELISA

para anticuerpos anticardiolipina (aCL) o anti-

b

2

GPI (a

b

2

GPI).

Para el diagnóstico del SAF se requiere que los aFL sean demos-

trados en al menos dos oportunidades con un período no menor

de 12 semanas entre ambas evaluaciones de laboratorio. Los aCL

y/o a

b

2

GPI de isotipo IgG y/o IgM deben estar presentes en títu-

los moderados o altos

4

. Un punto que se remarca en los criterios

de 2006 es la recomendación de clasificar en los estudios clínicos

a los pacientes en dos tipos: I (cuando los pacientes presentan

combinaciones de aFL) o II (cuando solo presentan positividad

aislada de alguno de los 3 aFL).

Evolución del rol clínico del perfil de aFL

(de simple a múltiple positividad)

Con la evaluación de los 3 aFL incorporados a los criterios

diagnósticos del SAF desde 2006 y al estudio por parte de dife-

rentes grupos de investigadores de además otros anticuerpos de

la familia de aFL (no incluidos en los criterios dele SAF), se ha

observado que no todos los aFL tienen el mismo rol en el riesgo

clínico. El AL es uno de los aFL con mayor asociación con el ries-

go trombotico. Dentro de los aFL detectados inmunológicamente,

Rol emergente de la positividad múltiple de aPL en el síndrome antifosfolípido

R. Forastiero

Departamento de Fisiología. Universidad Favaloro. Buenos Aires, Argentina

la presencia de a

b

2

GPI parece ser un mejor marcador que la de

aCL. En particular, cuando los aFL son del isotipo IgG

3

. El ries-

go tromboembolico asociado a aCL y a

b

2

GPI se incrementa en

forma paralela con el título de anticuerpos y cuando los pacientes

tienen combinación de aFL. Distintos trabajos publicados en los

últimos años han remarcado, a través de estudios prospectivos,

que el perfil de positividad de los aFL es importante para definir

el riesgo clínico de los pacientes

5-7

. El concepto actual es que la

triple positividad (AL + a

b

2

GPI + aCL) confiere un mayor riesgo

al desarrollo del primer evento de trombosis o a la recurrencia

tromboembolica. En el estudio publicado en 2010, 160 pacientes

con SAF con triple positividad fueron evaluados en un ensayo

prospectivo

5

. Una de las conclusiones fue que la incidencia de

recurrencia de trombosis era de 12,2, 26,1 y 44,2% después de 1,

5 y 10 años de seguimiento. Es importante remarcar que la recu-

rrencia era muy alta a pesar de la terapia anticoagulante. En otro

estudio prospectivo

7

, pero que incluía 104 individuos que eran

portadores asintomáticos de aFL del perfil triple positividad la

incidencia de primer evento trombótico fue de 5,3%/año (segui-

miento de 4,5 años). En población normal la incidencia anual es

de 0,4%.

El perfil de aFL inicial es también importante en definir el

comportamiento a futuro de positividad en los pacientes. El 98%

de los pacientes con triple positividad confirma su patrón de re-

sultados a los 12 meses, mientras que aquellos con doble posi-

tividad lo hacen en el 84% de los casos y aquellos con simple

positividad solamente en el 40% de los casos

8

. El riesgo de even-

tos clínicos aumenta progresivamente con el número de ensayos

positivos de aFL y la positividad múltiple en aFL parece ser el

único perfil que identifica pacientes de alto riesgo de trombosis.

Basándose en estos hallazgos se ha propuesto recategorizar a los

pacientes con aFL tanto con enfermedad trombótica como muje-

res con complicaciones obstétricas. La propuesta del Dr. Pengo

consiste en definir a los pacientes con AL + a

b

2

GPI + aCL como

los de mayor riesgo clínico, a los que tienen doble positividad

(AL negativo y a

b

2

GPI/aCL positivos) como de riesgo moderado

y los de bajo riesgo clínico serían aquellos con simple positividad

de cualquiera de los tres aFL

9

.

Es probable que la triple positividad sea debido a los a

β

2

GPI

dirigidos contra el dominio I (D1) de la

β

2

GPI. La detección de

los a

β

2

GPI-D1 parece ser un nuevo y excelente biomarcador de

riesgo y evaluación de SAF. Por el contrario, los a

β

2

GPI dirigidos

contra alguno de los otros cuatro dominios de la proteína parecen

ser no patogénicos. En un estudio internacional multicéntrico que

incluyó 442 pacientes con a

b

2

GPI, se concluyó que la presencia

de a

β

2

GPI-D1 de isotipo IgG se asociaba a los eventos de trom-

bosis y complicaciones obstétricas

10

. En un estudio realizado en