

Comunicaciones orales
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las HepG2 y en un modelo animal que incluía ratones silvestres
(WT) y Serpinc1 KO
+/-
.
Resultados
: El estudio de trombofilia de tres pacientes in-
cluidos en la lista de espera de trasplante hepático mostró una
inesperada actividad anti-FXa elevada (150-195%). Los estudios
antigénicos confirmaron el aumento plasmático de antitrombina
(110-140%), mientras que los niveles de otras proteínas hepáticas
eran normales o reducidos. No encontramos alteraciones genéticas
relevantes en
SERPINC1.
Los tres pacientes presentaban atresia de
vías biliares, lo que junto al papel regulador detranscripcional que
las sales biliares desempeñan, estimularon profundizar en el papel
de estas sales en el control de
SERPINC1
. El estudio se completó
con otros agentes que se han descrito que podrían regular la trans-
cripción de
SERPINC1
: vitamina D, dexametasona, triyodotironi-
na y GW4064. En el modelo celular, se confirmó que vitamina D
(80 ng/ml), dexametasona (500 nM), GW4064 (1 µM) y triyodo-
tironina (200 nM) provocaban un aumento moderado pero signifi-
cativo de los niveles de mRNA de
SERPINC1
. De todas las sales
biliares analizadas: ácido quenodesoxicólico (CDCA), ácido cólico
(CA), ácido ursodesoxicólico (UDCA), ácido litocólico (LCA) y
glicoquenodesoxicólico (GCDCA); solo el CDCA y UDCA au-
mentaron significativamente de forma dosis dependiente los nive-
les transcripcionales de
SERPINC1.
Además, la combinación de
CDCA, CA y vitamina D incrementó 3 veces los niveles de mRNA
de
SERPINC1.
El tratamiento de ratones silvestres con sales bi-
liares provocó un aumento de los transcritos de
SERPINC1
en el
hígado 1,5; 2,4 y 2,5-veces para CDCA, CA y UDCA respectiva-
mente. Este efecto también se observó en ratones Serpinc1
+/-
, los
cuales recuperaron niveles de expresión de
SERPINC1
normales (>
100%) cuando se trataron con CDCA o UDCA.
Conclusiones
:
Nuestro resultado confirma el papel regula-
dor de la vitamina D, dexametasona, GW4064 y triyodotironina,
e identifica nuevos moduladores de este potente anticoagulante,
las sales biliares. Estos resultados explicarían el aumento de an-
titrombina en pacientes con acumulación de sales biliares, que
posiblemente actuaría como agente citoprotector en respuesta a
situaciones citotóxicas. Además, este estudio abre interesantes
perspectivas terapéuticas alternativas a la suplementación con an-
titrombina exógena, potencialmente aplicables no solo a pacien-
tes con deficiencia congénita o adquirida de antitrombina, sino
también como profilaxis antitrombótica.
Financiación: PI15/00079 y CB15/00055 (ISCIII&FEDER);
19873/GERM/15 Fundación Séneca.
Trombosis
CO-170
Evaluación de una cohorte de pacientes
oncológicos diagnosticados de
tromboembolismo pulmonar ¿deberíamos
aplicar el
score Khorana
?
García Ramírez P. (1), Gómez Arteta E. (1), Zabalza A. (2),
Alvarellos M. (1), Montoya M. C. (1), Millacoy P. (1), Redondo A.
M. (1), Paloma M. J. (1), Ezpeleta I. (1)
(1) Servicio de Hematología. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona,
Navarra. (2) Grupo Oncohematología. Navarrabiomed-Fundación Miguel Servet.
Pamplona, Navarra
Introducción:
Los pacientes oncológicos tienen un alto ries-
go de presentar enfermedad tromboembólica venosa (ETEV). La
búsqueda de factores de riesgo y el diseño de
scores
que iden-
tifiquen pacientes con mayor probabilidad de presentar eventos
tromboembólicos potencialmente prevenibles y susceptibles de
profilaxis con heparina de bajo peso molecular (HBPM) está en
auge.
Métodos:
Estudio retrospectivo, observacional de pacien-
tes oncológicos diagnosticados de tromboembolismo pulmonar
(TEP) en el Complejo Hospitalario de Navarra de diciembre de
2010 a diciembre de 2015. Se analizan las características demo-
gráficas, la presencia de síntomas al diagnóstico, la estratificación
del riesgo según el
score Khorana
y el tratamiento.
Resultados:
78 pacientes oncológicos fueron diagnosticados
de TEP durante este periodo de 5 años. Ninguno llevaba profilaxis
con HBPM en el momento del diagnóstico. Las características
basales de los pacientes se muestran en la
Tabla 1
.
En el 21,8% (n = 17) el diagnóstico de TEP precedió al de la
neoplasia, en el 26,9% (n = 21) se diagnosticó (al menos 1 mes)
tras finalizar tratamiento antineoplásico, y un 51,3% (n = 40)
durante el tratamiento antineoplásico (quimioterapia +/- radiote-
rapia). En este último grupo de pacientes la mediana de tiempo
desde el inicio del tratamiento y el diagnóstico de TEP fue de 2
meses (0-13). El
score Khorana
aplicado en este mismo grupo de
pacientes (calculado al inicio del tratamiento) fue de bajo riesgo
en el 15%, de riesgo intermedio en el 65% y de alto riesgo en el
20%
(Figura 1)
.
Tabla 1:
Características basales de los pacientes
n (%)
Sexo, varones
54 (69,2%)
Mediana, edad (años)
66 (28-87)
Localización del cáncer:
Pulmón
22 (28,2%)
Colorrectal
14 (17,9%)
Genitourinario
13 (16,6%)
Mama
6 (7,7%)
Páncreas
4 (5,1%)
Gástrico
4 (5,1%)
Ginecológico
4 (5,1%)
SNC
4 (5,1%)
Hematológico
3 (3,8%)
Esófago
1 (1,3%)
Otras
3 (3,8%)
Metástasis
46 (59%)
Incidental
30 (38,5%)
Régimen ambulatorio
60 (76,9%)