

XXXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia
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Métodos:
Estudio restrospectivo, observacional y descriptivo.
Se revisaron las historias clínicas de todos los pacientes anticoagu-
lados que fueron sometidos a intervención convencional en el Ser-
vicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Universitarios
Severo Ochoa durante el periodo abril del 2007 -abril del 2016.
Resultados:
Un total de 1079 pacientes anticoagulados fueron
sometidos a cirugía general y digestiva. El 99.6% de pacientes
(1075) estaban anticoagulados con antagonista de la vitamina
K (AVK). Las causas de anticoagulación más frecuente fueron:
fibrilación auricular no valvular seguida de la trombosis venosa
profunda (TVP), en tercer lugar y con diferencia significativa pró-
tesis valvulares mecánicas seguidas de síndrome antifosfolípido,
enfermedad cerebrovascular y trombofilia primaria. Del total de
pacientes un 94% (1025) recibieron terapia puente con heparina
de bajo peso molecular (HBPM) con una mediana de 3 días de
suspensión de la anticoagulación previo al procedimiento y con
una mediana de 2 días para el reinicio del agente anticoagulante
que previamente se le administraba.
De la población estudiada 15 pacientes (1.4%) presentaron
complicaciones de tipo hemorrágico y 2 pacientes (0.19%) de
tipo trombótico. Al realizar el análisis por tipo de procedimiento
las complicaciones hemorrágicas solo se presentaron en aquellos
casos sometidos a cirugía mayor con una mediana de tiempo de
presentación de hemorragia de 3 días. De los 15 pacientes con
sangrado 12 (80%) habían sido manejados con heparina no frac-
cionada (HNF) y 3 pacientes (20%) con HBPM como terapia puen-
te. Los eventos hemorrágicos más graves fueron 2 pacientes con
hemorragia digestiva alta y 1 caso de hemoperitoneo que requi-
rieron terapia transfusional evolucionando en forma favorable. No
hemos incluido a los pacientes que fueron reintervenidos para revi-
sión de hemostasia en los que se encontró causa quirúrgica. Solo
en 2 casos observamos complicación trombótica: uno de ellos Ictus
que requirió ingreso prolongado y un caso de Tromboembolismo
Pulmonar. Ambos pacientes anticoagulados por TVP. La mediana
de presentación de complicación trombótica fue de 4 días desde la
intervención Los dos casos recibieron HBPM como terapia puente.
Conclusiones:
En nuestra revisión se ha documentado que la
complicación hemorrágica (1.4%) es más frecuente que la trom-
bótica (0.18%) y que el manejo perioperatorio del paciente anti-
coagulado, en conjunto con el Servicio de Hematología siguiendo
Protocolos consensuados hace que la morbimortalidad por dichas
complicaciones sea inferior a lo esperado.
PC-457
Anticoagulante lúpico: ¿cuándo, porqué
y a quién?
Lorenzo Vizcaya Á., Fernández Mellid E., Fontanes Trabazo E.,
Calviño Suárez M., Arija Tejero O., López González L., Varela
Pérez M., Lavilla Rubira E., Vázquez Fernández R., Cobas Freire
Á., Sánchez Sánchez M. J., Ferrero Díaz S., Arias Sampedro J. A.
Hospital Universitario Lucus Augusti. Lugo
Introducción:
La determinación del anticoagulante lúpico
(AL) es una de las pruebas analíticas más solicitadas en los Labo-
ratorios de Coagulación, importante para identificar la presencia
de anticuerpos antifosfolípido (AAF) circulantes, relacionados con
diversos procesos autoinmunes (AI). Es una técnica poco estan-
darizada y específica, siendo fundamental una orientación diag-
nóstica para considerarla fiable y confirmar su positividad con dos
determinaciones separadas al menos 12 semanas.
Objetivo:
Valorar la utilidad del test de AL como método de
screening
, comprobando la validez del resultado: presencia de
AL correctamente confirmada, procesos relacionados, subtipos de
AAF identificados y las consecuencias diagnósticas, pronósticas
y de tratamiento.
Métodos:
Revisamos los resultados positivos deAL obtenidos
en nuestro Centro entre enero y diciembre de 2015. La técnica
empleada ha sido el test de veneno de víbora de Russell (dRVVT),
empleando un ratio (R) normalizado (resultado muestra/resultado
muestra control), considerando negativo si R < 1.2, indeterminado
si R1.2-1.3, y positivo si R > 1.3. En las muestras con resultado
positivo confirmado, se revisó la presencia de otros AAF, realiza-
dos mediante técnica ELISA. Reevaluamos los diagnósticos de las
diversas entidades clínicas según las Guías Internacionales, como
los casos catalogados como SAF, según los criterios de Sapporo
revisados. Analizamos variables epidemiológicas, factores de ries-
go cardiovascular (FRCV), eventos trombóticos venosos, arteriales
y recurrentes, asociación con otras alteraciones analíticas, trata-
mientos recibidos y evolución.
Resultado:
Se realizaron 626 determinaciones de AL, con
resultado positivo el 32%, indeterminado 13% y negativo 55%
correspondientes a 510 pacientes, demostrándose en el 13% un
AL positivo. El 19% de las determinaciones positivas, se reali-
zaron coincidiendo con procesos agudos, sobre todo infecciosos.
Solo en un 13% de pacientes se confirmaron los AL positivos.
Las indicaciones de
screening
de AL estuvieron en relación pro-
cesos AI (28%), estudios de trombofilia (20%) y TTPA alargado
(16%). Destaca la solicitud en un 12% sin una causa justifica-
ble. En las sospechas de trombofilia, se confirmó AL en el 5%
de los pacientes. De estos, el 46% no cumplían criterios SAF y
se identificaban otras causas de trombofilia congénita (proteína
S, AT-III…). El 6% de los pacientes estudiados por trombosis o
procesos AI cumplieron criterios SAF. El 69% presentaban FRCV.
En los casos de eventos trombóticos, presentaron inmovilización
un 31%. Un 34% fueron SAF secundarios, principalmente en rela-
ción con LES (19%) y SAF con complicaciones obstétricas (22%).
Observamos las siguientes manifestaciones trombóticas en nues-
tros SAF: arteriales 28%, venosas 44%, obstétricas 19% y mixtas
9%. Intentamos realizar en los pacientes con AAF confirmados,
una aproximación del score pronóstico GASSP. Los pacientes
con AAF positivo+FRCV, tienen un score GASSP similar a los
que sí cumplen criterios SAF. El 52% presentaban algún proceso
AI, y el 83% recibía algún tipo de tratamiento (anticoagulación o
antiagregación (72%) por otras comorbilidades) y puede que ello
les proteja de trombosis frente al mal valor pronóstico que tiene
el GASSP.
Conclusiones:
El AL es una técnica muy usada y útil en el
diagnóstico de procesos AI y trombóticos, siempre que se emplee
en el momento y contexto adecuados. Los AAF tienen peso espe-
cífico en el riesgo de trombosis, que puede ser contrarrestado con
un tratamiento o profilaxis adecuada, como parece reflejarse en
nuestra población.