Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  29 / 210 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 29 / 210 Next Page
Page Background

Ponencias

29

utilidad para la valoración del componente sinovial, el cartílago

y el hueso, pero, dado que es una técnica larga, de coste elevada y

de difícil utilización en niños, los esfuerzos se han dirigido a la

utilización de nuevos ecógrafos de alta resolución, los cuales per-

miten una valoración de las articulaciones diana (codos, rodillas

y tobillos) en un corto periodo de tiempo; no obstante, todavía

no se dispone de una puntuación validada que permita efectuar

un seguimiento adecuado. Un modelo estandarizado combina la

actividad de la enfermedad con el daño articular y promete ser

de gran utilidad para la valoración de la eficacia de la profilaxis

en niños

6

.

A pesar de la larga experiencia en el tratamiento profiláctico

primario (inicio en niños de corta edad sin daño articular), existen

diferentes enfoques para determinar cuándo iniciarla, con qué do-

sis e intervalo de tiempo y cuándo modificarla o suprimirla. Aun-

que, en general, los diferentes regímenes de profilaxis reducen la

frecuencia y la gravedad de las hemorragias, el óptimo aún no se

ha podido establecer. Con los tratamientos actuales, la referencia

para considerar su efectividad con la consiguiente disminución

del riesgo hemorrágico se asocia a los denominados niveles va-

lle de tratamiento (niveles de factor superiores al 1% antes de

la administración de la siguiente dosis). El desarrollo de nuevos

factores con una semivida plasmática más prolongada, a partir de

modificaciones químicas como la pegilación, la polisialización o

la combinación con proteínas de fusión (albúmina o el fragmento

Fc de la inmunoglobulina G), permite incrementar estos niveles

o disminuir los intervalos de administración. El conocimiento del

perfil farmacocinético de cada paciente es fundamental para va-

lorar la mejor opción de profilaxis dado el elevado coste de este

tratamiento.

Los conocimientos sobre el desarrollo de la artropatía hemo-

fílica aún son incompletos. Las características de esta artropatía

se asemejan a la artritis reumatoide, por el componente sinovial, y

a la artrosis, por su componente degenerativo. Aunque en la artri-

tis reumatoide se han descrito biomarcadores que evidencian sig-

nos de actividad sinovial, hasta la actualidad no se dispone de nin-

guno de ellos que sea útil; en algunos pacientes se han detectado

niveles elevados del factor de crecimiento endotelial vascular, un

mediador proangiogénico

7

. En caso de artropatía evolucionada, el

tratamiento ortopédico adecuado es la implantación de una pró-

tesis total; la de rodilla es la más indicada, tanto en pacientes con

inhibidor como en pacientes sin él. En estos casos, la profilaxis

tromboembólica es controvertida. Se recomiendan las medidas de

profilaxis mecánicas y se consideraran las farmacológicas siem-

pre que coexistan otros factores protrombóticos como obesidad,

cáncer, insuficiencia venosa o la asociación con otro defecto de

hemostasia protrombótico (factor V Leiden)

8

.

El primer gen clonado de un factor de la coagulación fue el

del IX en el año 1982. Actualmente existen bases de datos con la

lista de mutaciones asociadas a esta deficiencia; se conocen más

de 2.000 mutaciones diferentes en todos los exones y en las regio-

nes intrónicas flanqueantes de estos genes. Solo una mutación es

altamente recurrente en la hemofilia A, la inversión del intrón 22,

presente en el 45% de los casos graves

9

. En su inicio, los estudios

genéticos en hemofilia iban dirigidos a la identificación de las

posibles portadoras con la finalidad de poder ofrecerles consejo

genético. En la actualidad estos estudios van dirigidos especial-

mente al análisis del riesgo de desarrollo de inhibidor en todos

los grados de hemofilia y a las discrepancias de niveles de factor

VIII según la técnica utilizada (método coagulativo en un tiempo

o cromogénico)

10

. El conocimiento de que algunas mutaciones

en pacientes con hemofilia A leve pueden tener una incidencia

de inhibidor similar a la hemofilia grave es muy relevante en la

práctica clínica porque permite identificarlos. Se han descrito 19

mutaciones

missense

de riesgo y ello enfatiza la necesidad del

estudio molecular en todos los tipos de hemofilia

11

.

En los últimos años también se han identificado defectos en

pacientes con mutación negativa como son las grandes duplica-

ciones, las cuales no se detectan con la secuenciación individual

de los exones o las mutaciones en regiones intrónicas profundas

que causan errores de

splicing

12

.

La introducción de nuevas pla-

taformas de secuenciación masiva, que facilitan el estudio de los

diferentes genes de los factores plasmáticos, ofrecerá una mayor

información de las relaciones entre el genotipo y el fenotipo y de

las asociaciones de desarrollo de inhibidor en relación al genotipo

HLA.

El desarrollo de un inhibidor en alrededor del 30% de los pa-

cientes con hemofilia A grave es una grave complicación en la

que influyen distintos factores genéticos: mutación del gen

F8

(mayor riesgo en grandes deleciones y mutaciones interruptoras

denominadas

nonsense),

antecedentes familiares de inhibidor,

raza y determinados polimorfismos de los genes inmunoregula-

dores (sistema HLA de clase II, interleucinas y TNF-alfa). Estos

factores implican un riesgo

a priori

para el desarrollo de inhibi-

dor, pero no son susceptibles de ninguna modificación, por lo que

los factores no genéticos han cobrado su importancia en los dife-

rentes estudios, puesto que son modificables; entre ellos destacan

los relacionados con el tratamiento (tipo de producto y modalidad

de administración) y son el principal motivo de debate

13.

El pri-

mer estudio internacional aleatorizado (SIPPET), llevado a cabo

en pacientes no tratados o mínimamente tratados, del que se han

podido analizar 251 de los 303 pacientes incluidos, ha reporta-

do una incidencia de inhibidor del 26,8% (intervalo de confianza

del 95%: 18,4-35,2) con los productos plasmáticos que contienen

FVIII y FvW y del 44,5% (34,7-54,3) con diferentes productos

recombinantes

14

.

Los avances de la biología molecular también han aportado

un gran beneficio al estudio prenatal. La presencia de pequeñas

cantidades de ADN fetal en la sangre de la gestante ha permitido

determinar el sexo del feto e identificar la mutación sin necesi-

dad de obtener ADN fetal mediante una amniocentesis. Aunque

esta técnica tiene aún sus limitaciones, es de esperar que pueda

aplicarse en un futuro cercano de manera más generalizada, evi-

tando los riegos derivados de los métodos invasivos. En los últi-

mos años, la fecundación

in vitro

con selección previa del sexo

ha permitido implantar embriones femeninos, pero actualmente

también es posible implantar embriones masculinos o femeninos

sin la mutación causante de la enfermedad

15

. A pesar del consejo

genético, la incidencia de la hemofilia se mantiene a expensas de

las apariciones esporádicas, las cuales representan más del 50%

los casos.

El aumento de la esperanza de vida de los pacientes hemo-

fílicos comporta el desarrollo de otras enfermedades propias

de edades más avanzadas como la hipertensión, la diabetes y